miércoles, 27 de agosto de 2014

Día de la radio

La voz del tipo allí adentro tiene vida y movimiento. Un invitación a lo imaginario, un viaje al infinito. La compañera de un domingo, la hermana del tiempo. Su música, su arte, su voz en carne viva. 
Vive aunque la quieran matar. Vive su pena y tristeza en un grito de gol, en un locutor de antaño. Es tan grande y hermosa que enamora al solitario que se deje querer por su simple grandeza. Radio vieja y moderna, de mi infancia junto a un árbol o bajo la almohada. Darte el corazón a cambio de una compañía en la siesta. 
Pero ahora ya estas vieja, en agonía y sin recambio dicen los que nunca escucharon tu poesía. Sola estás, sí. Sola fuiste siempre. A merced del destino quedan tus palabras, en bandeja marchitan los silencios. Solo te pido un segundo más, uno más de hermandad. 
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario