sábado, 12 de abril de 2014

LA PATRIA
(Julio Cortázar)

Esta tierra sobre los ojos,
este paño pegajoso negro de estrellas impasibles,
esta noche continua, esta distancia.
Te quiero, país tirado más abajo del mar, pez panza arriba,
pobre sombra  de país, lleno de vientos,
de monumentos y espamentos,
de orgullo sin objeto, sujeto para asaltos,
escupido curdela, inofensivo puteando y sacudiendo banderitas,
repartiendo escarapelas en la lluvia, salpicando
de babas y estupor canchas de fútbol y ringsides.
Pobres negros.
Te estás quemando a fuego lento, y dónde el fuego,
dónde el que come los asados y te tira los huesos.
Malandras, cajetillas, señores y cafishos,
diputados, tilingas de apellido compuesto,
gordas tejiendo en los zaguanes, maestras normales, curas, escribanos,
centrofordwards, livianos, Fangio solo, tenientes
primeros, coroneles, generales, marinos, sanidad, carnavales, obispos
bagualas, chamamés, malambos, mambos, tangos,
secretarías, subsecretarías, jefes, contrajefes, truco,
contraflor al resto. Y qué carajo,
si la casita era su sueño, si lo mataron en pelea,
si usted lo ve, lo prueba y se lo lleva.  

Liquidación forzosa, se remata hasta lo último.
 Te quiero, país tirado a la vereda, caja de fósforos vacía,
te quiero, tacho de basura que se llevan sobre una cureña
envuelto en la bandera que nos legó Belgrano,
mientras las viejas lloran en el velorio, y anda el mate
con su verde consuelo, lotería del pobre,
y en cada piso hay alguien que nació haciendo discursos
para algún otro que nació para escucharlos y pelarse las manos.
Pobres negros que juntan las ganas de ser blancos,
pobres blancos que viven un carnaval de negros,
qué quiniela, hermanito, en Boedo, en la Boca,
en Palermo y Barracas, en los puentes, afuera,
en los ranchos que paran la mugre de la pampa,
en las casas blanqueadas del silencio del norte,
en las chapas de zinc donde el frío se frota,
en la Plaza de Mayo donde ronda la muerte trajeada de Mentira.
Te quiero, país desnudo que sueña con un smoking,
vicecampeón del mundo en cualquier cosa, en lo que salga,
tercera posición, energía nuclear, justicialismo, vacas,
tango, coraje, puños, viveza y elegancia.

Tan triste en lo más hondo de1 grito, tan golpeado
en lo mejor de la garufa, tan garifo a la hora de la autopsia.
Pero te quiero, país de barro, y otros te quieren, y algo
saldrá de este sentir. Hoy es distancia, fuga,
no te metás, qué vachaché, dale que va, paciencia.
La tierra entre los dedos, la basura en los ojos,
ser argentino es estar triste, ser argentino es estar lejos.

Y no decir: mañana,
porque ya basta con ser flojo ahora.
Tapándome la cara
(el poncho te lo dejo, folklorista infeliz)
me acuerdo de una estrella en pleno campo,
me acuerdo de un amanecer de puna,
de Tilcara de tarde, de Paraná fragante,
de Tupungato arisca, de un vuelo de flamencos
quemando un horizonte de bañados.
Te quiero, país, pañuelo sucio, con tus calles
cubiertas de carteles peronistas, te quiero
sin esperanza y sin perdón, sin vuelta y sin derecho,
nada más que de lejos y amargado y de noche.





Gran entrevista. Dos estandartes de nuestra música.

Ricardo Soulé (VOX DEI)

Gustavo "Chizzo" Nápoli (LA RENGA)

lunes, 7 de abril de 2014

Historia de los mundiales

Seguimos conociendo a las figuras mundialistas.

Leonidas da Silva: El dramaturgo, Nelson Rodrigues lo describió de la siguiente manera: "Era un jugador rigurosamente brasileño. Tenía la fantasía, la infantilidad, la improvisación y la sensualidad de nuestros típicos cracks". Nacido en Río de Janeiro, un 6 de septiembre de 1913. Fue el máximo goleador del mundial Francia 1938, con siete tantos. Apodado "El Diamante Negro", su trayectoria como futbolista siempre fue en Brasil.






Ademir Marques de Menezes: Fue el sucesor de Leonidas. Es considerado como un de los mejores jugadores de la historia y de la selección brasileña. Fue el máximo goleador (8) y ganó la Bota de Oro en el mundial de 1950 realizado en Brasil, tras perder la final contra Uruguay. Entre 1945 y 1953 disputó 39 partidos con su selección y convirtió 32 goles. Su carrera, también la realizó en su Brasil natal. Pasó por el Vasco da Gama, Fluminense y Sport Recife. Tras retirarse se dedicó a ser comentarista y entrenador.





Obdulio Varela: Nacido en Montevideo, el 20 de septiembre de 1917. Conocido como "El Negro Jefe", ganó popularidad por su carácter dentro de la cancha. Jugó en tres equipos uruguayos. Deportivo Juventud, Wanderers y Peñarol. Se coronó campeón del mundo con Uruguay en 1950, logrando el famoso Maracanazo. Además, ganó la Copa América de 1942 y obtuvo seis títulos locales con Peñarol. Su figura quedará impresa en la memoria de todos los uruguayos. "Como dijo El Negro Jefe, los de afuera son de palo", expresó Jaime Roos en su canción, Cuando juega Uruguay.







Historia de los mundiales

En este capítulo repasaremos algunas grandes figuras que han deslumbrado con su fútbol al mundo. 

José Nasazzi: Fue el hombre más representativo de la década del 20 y del 30. Capitán de Uruguay, campeón mundial en 1930, olímpico en 1924 y 1928 y sudamericano en 1923-1924-1926-1935. Nacido en el barrio uruguayo de Bella Vista, en 1901. Trabajó en los talleres de marmolistas que cortaban,
desbrozaban y pulían piedras-losas de mármol para el revestimiento del Palacio Legislativo de Montevideo.
Amigo incondicional de Nolo Ferreira. Ambos se enfrentaron en la final del primer mundial en la historia.








Guillermo Stábile: Nacido en Buenos Aires el 17 de enero de 1905. Goleador en el mundial de Uruguay 1930 con ocho tantos. Se lo reconoce, también, por jugar en Huracán donde disputó 128 partidos y marcó 100 goles. Luego jugó en el Génova y el Napoli de Italia y en Estrella Roja de París. Obtuvo la Copa América en siete oportunidades (1941-1945-1946-1947-1955-1957).







Ferenc Puskás: Nació un 2 de abril de 1927 en Budapest, Polonia. Su verdadero apellido era Purczeld pero lo cambió luego de la Segunda Guerra Mundial. Es considerado uno de los mejores futbolistas de la historia y también máximo goleador del siglo. Disputó el mundial de 1954 con Hungría, anotó cuatro goles y perdió la final con Alemania. En 1961 consiguió la nacionalidad española y un año después participó del mundial de Chile donde la selección roja quedó eliminada en primera ronda.

miércoles, 2 de abril de 2014

El rincón de Tota

MADRUGADA

La madrugada tiene amordazados los ruidos.
Soledad.
Nadie.
El frío corre desnudo por la calle
apurando los pasos trasnochados.
La casa duerme.
Todos duermen.
Solamente el insomnio
sentado al lado de la cama
me mira,
escucha mis suspiros
me abraza fuertemente
en prolongado abrazo
y lloro, lloro
las ausencias,
el tiempo perdido.
Solamente frío y soledad,
soledad y frío
y mi renunciación.

-Otro poema de mi querida abuela, Olga Echavarren.
Nacida en Tacuarembó, en 1922.