Sabía, estaba convencido y a la vez destrozado. Las cosas habían empeorado; todo estaba arruinado. La vida se había convertido en un pasillo sin final.
Pensé en contárselo de movida. Pensé mal. Calculé los pasos hasta la cocina desde la puerta de entrada, y al verlo en su sillón, sentado y leyendo el diario de manera relajada me decidí a largar la verdad.
-Necesito hablar contigo, Jaime.
-¿Sobre qué?
-Un problema.
-¿Tuyo?
-Sí, muy grave.
-¡¿Sobre qué?!
-Una mujer.
-¿Te dejó?
-No me quiere.
La charla fluyó en tonadas diferentes. Algún escandaloso grito se escapaba de nuestras boca y enseguida brotaba el silencio que era juez de nuestra amistad perdurable.
Jaime entendía mis palabras, mis emociones; ocultas y sensatas que abrumaban mi existencia. El amor era ese vacío.
-Te diré algo, -confesó-. La suerte son los datos que nos faltan conocer para llegar a ser mejores personas, pibe. No te tires a lo fácil; no te ahorres pensamientos. Entregate a la devoción cuando en ella te veas atrapado. Rompé esquemas, pateá espejos, encendé motores, detoná estructuras y anhelá tus sueños. Disfrutá el placer de estar triste, aprontate que lo mejor está por llegar. Uno es un todo: es una canción, una frase de un libro, un diálogo en la calle, un juego de miradas, un primer amor, un segundo amor, el sueño de la infancia. Uno es un teatro de luces tenues donde recuerda una charla en soledad. De toda mentira yace una gran verdad, la pura del placer. Figurate listo para la ocasión, pibe querido. No te tires al chanta, perimetrá el terreno con saberes. Todo sirve para aprender. Mantenete lejos de tu propio ego; ese monstruo psíquico del desequilibrio. Rodeate de musas; create fantasmas y deseá. Sufrir es humano, saborearlo tiene ese gustito a placer y a lejanía. Pero cuidado, por aquella línea sinuosa se avecina el final; plagado de murmullos y acusaciones; trampas y desengaños. Él vendrá a buscarte y apuntará a tu cuello, dispuesto a mortalizarte, a despertarte de ese letargo que ahora llamás Vida. Y reinará en tu mente. Y volverá a encontrarte hasta que un día le devuelvas gentilezas al abrirle tu puerta... hacia la eternidad.
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